Siete horas después de que se escucharan varios
disparos dentro del edificio 197 de las instalaciones militares (a las
12.20 GMT), todavía hay puntos sin aclarar sobre lo sucedido, como si
hubo más atacantes y la motivación, los cuales tratará de esclarecer el
Buró Federal de Investigación (FBI), encargado ahora del caso.
Después de mucha confusión con las cifras de fallecidos,
el alcalde de la ciudad, Vincent Gray, dijo en una rueda de prensa que
son al menos doce y que, con la información disponible, "no hay ninguna
razón" para pensar que el tiroteo fue un ataque terrorista.
Gray dijo también que dos hombres armados y con
vestimenta militar, uno de raza blanca y otro negra, están siendo
buscados como "potenciales" cómplices, lo que corroboró indicó la
inspectora jefe de Policía, Cahty Lanier, en una rueda de prensa.
Sin embargo, la policía metropolitana identificó poco
después a la persona de raza blanca y la consideró como "no
sospechosa", lo que significa que solo se busca al otro sospechoso.
Según fuentes médicas, entre las personas heridas en el tiroteo está un
agente de la Policía Metropolitana, que al igual que dos mujeres se
encuentra en estado crítico.
La portavoz de MedStar Hospital Center, al que fueron
trasladados algunos heridos, señaló que "el agente de policía trasladado
aquí presenta múltiples heridas de bala en las piernas". "Una de
las mujeres tiene una herida en el hombro, la otra heridas en la cabeza y
la mano", agregó.
La portavoz dijo que, de acuerdo con lo comunicado por
los heridos, en el ataque se usaron armas automáticas. Los agentes
federales han desplegado un ingente dispositivo de seguridad en la zona
del Navy Yard, un complejo de la Marina a orillas del río Anacostia en
el que trabajan unas 3.000 personas.
La zona se encuentra totalmente acordonada, con la
presencia de helicópteros y varios equipos de operaciones especiales.
También se ha decido reforzar la seguridad en varios edificios
militares como el del Pentágono, a varios kilómetros de distancia, y
donde el aumento de la alerta solo se ha tomado como "medida de
precaución", debido a que la situación aún no está controlada.
El Senado decidió también suspender su jornada de trabajo
con antelación hoy debido a que se mantiene la alerta tras el tiroteo,
después de que se recomendara a los legisladores no abandonar los
edificios del Capitolio por seguridad.
El alcalde de Washington y la inspectora jefe de la
ciudad tienen previsto ofrecer una nueva rueda de prensa para añadir más
detalles a las 16.00 hora local (20.00 GMT).
El tráfico aéreo del aeropuerto de Ronald Reagan,
cercano a las instalaciones, estuvo suspendido por algún tiempo, pero
poco después reabrió sus operaciones. Además, una decena de colegios
del área de Washington se mantuvieron cerrados con los alumnos en el
interior como medida de cautela. El presidente estadounidense,
Barack Obama, se refirió al tiroteo como "un acto cobarde".
"Sabemos que numerosas personas resultaron heridas y
algunas han muerto", añadió Obama desde la Casa Blanca sin dar más
detalles ya que afirmó no se conocían "todos los hechos". La
residencia presidencial se encuentra a unos 8 kilómetros del lugar de
los hechos
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