Pasado ya más de un mes del tremendo accidente del trasatlántico 
Costa Concordia frente a las costas italianas, las labores para retirar 
el combustible de sus depósitos ya están terminando y el siguiente paso 
empieza a debatirse seriamente, pues ¿Qué hacemos ahora con estas 112.000 toneladas embarrancadas aquí?
 ¿Molestan un poco, no? Evidentemente los propietarios del buque quieren
 reflotarlo para su reparación, pero la tarea no es para nada sencilla y
 varios grupos de expertos debaten sobre las diferentes posibilidades 
que existen… una de las más inverosímiles utilizar pelotitas de ping-pong en la operación.
Cientos de miles de pelotitas de ping-pong o quizá de poliestireno se
 podrían bombear directamente a las bodegas del barco para ayudar a 
aumentar la flotabilidad del mismo, aunque la dificultad para controlar 
este material en el mar y lo fácilmente que se expandiría por este no 
juegan a su favor. Las bolsas de aire son comúnmente utilizadas en estos trabajos de reflotamiento,
 pero nunca se ha realizado nada ni remotamente parecido con un paciente
 de estas gigantescas dimensiones (el doble que el Titanic por ejemplo),
 y los expertos no saben ni por donde empezar.
Además el problema es que el equilibrio del barco está ya seriamente comprometido,
 pues se apoya en una pequeña cornisa costera, y a muy poco que se haga 
algo mal el navío se precipitará rápidamente 60 metros más al fondo.

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