Se sabe cuando fueron lanzadas, el nombre del avión que las
transportó e incluso el de los pilotos, pero durante muchísimo tiempo
poco se supo del lugar en el que se experimentó y construyeron dichas
bombas.
En octubre de 1942 el Gobierno norteamericano buscaba una forma
rápida y contundente de fabricar una potente arma que fuese capaz de
frenar a la Alemania nazi y el propósito de esa nación por construir
armamento atómico.
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El sitio elegido era un remoto lugar en las montañas Cumberland (Tennessee)
y en un espacio de aproximadamente setenta mil acres de terreno se
construyó todo un entramado de laboratorios que quedaron camuflados tras
la apariencia de una apacible ciudad llamada Oak Ridge.
La ciudad secreta, que no aparecía en los mapas, se habilitó con todo
tipo de edificios, fábricas y departamentos administrativos que eran
construidos a un ritmo frenético y que daban una apariencia de total
normalidad al lugar.
El laboratorio X-10 ahora es el Museo Americano de Ciencia y Energía (Acontinuouslean)Pero
aquel sitio escondía el ambicioso secreto de producir el uranio
necesario para desarrollar las tan deseadas bombas nucleares que
acabarían con la vida de cientos de miles de ciudadanos.
En poco menos de tres años, Oak Ridge, se fue poblando hasta alcanzar
los 70.000 residentes. La vida en la ciudad era aparentemente normal,
salvo por el pequeño detalle de que se encontraba totalmente cercada y
vigilada día y noche por guardias y militares armados desde varias
torres de vigilancia que la rodeaban. El acceso hasta allí, desde
muchísimos kilómetros antes, era imposible.
Mapa de la ciudad secreta de Oak Ridge conocida hasta 1949 como Clinton Engineering Works (atomicarchive)A
pesar de que el nombre de Oak Ridge fue escogido en 1943, no fue hasta
1949 cuando se le empezó a llamar así oficialmente. Hasta entonces, la
ciudad era conocida como "Clinton Engineering Works" (CEW).
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el lugar quedó destinado a
la investigación nuclear para aplicarla al campo médico y pacífico, pero
no debemos olvidar las cuatro décadas de Guerra Fría que hubo entre
EE.UU. y la URSS, donde proliferó la creación de armamento y misiles
nucleares.
El reactor de grafito con el que se conseguía el material nuclear fue
clausurado en el año 1963 y el laboratorio que lo albergo, conocido
como X-10, se convirtió en el Museo Americano de Ciencia y Energía (AMSE), un lugar que recibe anualmente la visita de miles de escolares que son llevados hasta allí de excursión.
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