Es la generación sacrificada. Millones de jóvenes europeos que
desesperan a la búsqueda de empleos casi inexistentes y que ven cómo
todos sus proyectos de vida se quedan en nada mientras Europa recorre ya
su cuarto año de crisis económica .
Esos jóvenes
encuentran estos años un muro infranqueable. Sin empleo no pueden
emanciparse y siguen viviendo con sus padres porque no tienen acceso a
la vivienda ni pueden crear familias.
La tasa general de
desocupación en promedio de la Eurozona es del 10,8%, pero ese número
aumenta hasta el 21,08% cuando se mide el desempleo juvenil y en algunos
países, como España y Grecia, ya pasó del 50%.
La falta de formación, profesional y académica, explica parte del problema. Pero también legislaciones laborales duales , donde unos empleos están bien protegidos y otros –más precarios– apenas tienen protección social.
Grecia,
con el 50,8% de desempleo juvenil, y España, con el 50,5%, son los
casos más dramáticos, pero la situación tampoco es boyante en países
como Portugal , con un 35,4%; Italia, con un 31,9%; y Francia, con un
21,7%.
Este es otro de los aspectos donde la crisis está
partiendo a Europa en dos, porque en los países del norte del continente
la tasa de desempleo juvenil es apenas unos puntos porcentuales
superior a la general.
La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) asegura que también tiene parte de culpa una
economía dedicada cada vez más a los servicios y menos a la industria.
En las fábricas hace falta mano de obra joven, gente fuerte que soporte
trabajos pesados. En los servicios, esa ventaja física se pierde y en
cambio gana importancia la experiencia y la formación.
La crisis
ha dejado a muchos tirados en la mitad del camino. España ha perdido más
de 1,5 millones de empleos en el sector de la construcción
inmobiliaria. Muchos eran jóvenes que habían dejado los estudios con
apenas 20 años –y a veces menos– para ganar unos salarios que les
permitían independizarse. Un plomero, por ejemplo, podría ganar unos
3.000 euros netos.
El reventón de la burbuja inmobiliaria los puso de vuelta en la calle
. La diferencia es que ahora, sin una formación adecuada y con la
construcción en mínimos históricos, que encuentren trabajo será un
milagro.
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