La próxima vez que pidas un cóctel de gambas o camarones podrías terminar comiendo una mezcla de algas y proteínas a base de plantas, y quizá no te darías cuenta de la diferencia.
La primera gamba sintética ya es una realidad. Foto: Thinkstock.
Gracias a Dominique Barnes, conservacionista marina por el Scripps Institute of Oceanography en San Diego, Califronia, y a la científica de materiales Michelle Wolf, ya existen los primeros camarones hechos por el hombre en un laboratorio, y según reporta Ariel Schwartz de Tech Insider, no solo se ven igual al “verdadero”, sino también lo igualan en sabor y textura.
Por muy incómodo o asqueroso que suene, no es el primer alimento sintético que se crea, y si llega a las tiendas tampoco sería el único en las estanterías. Basta detenernos a pensar en el surimi (los famosos palitos de cangrejo, que no son cangrejo), en las hamburguesas vegetarianas (tofu), o en la carne sintética de laboratorio que se creó en un laboratorio del Reino Unido 2013 al cultivar células animales.
Eso sí, esta gamba no se parece a otros alimentos de laboratorio del mercado, ya queestá hecha a base de algas rojas (que es lo que comen las gambas y les da esa tonalidad rosada), combinado con polvos proteicos a base de plantas. Es decir que además sería vegetariano.
“No estamos reproduciendo células de gamba. Usamos un proceso similar al de hornear una hogaza de pan”, comentó Barnes a The Atlantic. Tampoco es como el surimi que se hace con una mezcla de otros pescados.
Según un reporte de 2011 el camarón o la gamba es el producto marino que más se consume en EEUU. Esto, sumado al deterioro ambiental que provoca su pesca, llevó a Barnes a querer crear un alimento sostenible que ayudara a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Si consideramos que la producción de 100 gramos (3.5 onzas) de camarón pacotilla (o coctelero) libera hasta 198 kilogramos (436 libras) de dióxido de carbono en la atmósfera, y si es congelado se liberan hasta 900 kilogramos (una tonelada o 2,204 libras) por solo 454 gramos de este marisco, los esfuerzos Barnes y Wolf son más que justificables.
El primer producto que planean sacar a la venta traerá el camarón “disfrazado” en pan, o empanado, aunque su propósito es poder crear el primer camarón pelado listo para cocteles, y luego expandirse creando otras variedades de este marisco para su consumo humano.
Recordemos que en 2015 un reporte de Associated Press sacó a la luz las condiciones infrahumanas que soportaban migrantes en Tailandia, cuyo trabajo consistía en solo pelar gambas durante largas jornadas a cambio de un sueldo miserable.
Dicho todo esto, sí es muy probable que en muy poco tiempo comencemos a consumir gambas sintéticas, incluso sin darnos cuenta.


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