No es la compañera de
colegio ideal que hubiera deseado la casa real británica para la esposa
del príncipe William. Pero antes de ser la duquesa de Cambridge, Kate
Middleton fue alumna en la Downehouse School de West Berckshire. Y allí
conoció a Emma Sayle: adolescentes, se hicieron amigas y compartieron
también la Hermandad de Sloaney, sólo para chicas. Los caminos de la
vida las separaron. Ahora, mientras Kate está por dar a luz a su segundo hijo, Emma prospera en sus negocios. Los negocios del sexo.
Sayle es conocida como "la reina de las orgías". El año pasado, su rostro saltó a los medios cuando publicó su autobiografía "Detrás de la máscara", en la que contó sobre su relación con Kate y también reveló secretos de Killing Kittens, el club de fiestas sexuales que regentea.
Sayle cuando presentó su autobiografía
Killing
Kittens tiene más de 40.000 socios en todo el mundo y Sayle está en
plena expansión. Este fin de semana se supo que Killing Kittens celebró
su primera fiesta en el hotel Bermondsay Square de Londres, que es
propiedad de un empresario musulmán y, como se rige por la ley islámica,
allí está prohibido el alcohol. No obstante, reveló el diario español
ABC, la empresa de Sayle usó cuatro suites en el séptimo piso del hotel
para realizar fiestas sexuales.
La próspera empresaria
londinense también cruzó el océano y hace sólo un mes desembarcó con sus
exclusivos eventos en Nueva York. El New York Post contó que la primera
fiesta se hizo en un loft del emblemático Flatiron Building de
Manhattan. Para participar, hubo que pagar una entrada de 100 dólares
para las mujeres y de 250 por pareja.
La exitosa empresaria británica
En
los encuentros de Sayle se puede dar rienda suelta a cualquier
fantasía, pero bajo códigos estrictos. Hay que ser mayor de edad y
completar una solicitud a través de la página de Internet de la empresa
(junto con una foto). En las fiestas los participantes utilizan
máscaras, al estilo de la película de Stanley Kubric "Ojos bien cerrados", con Nicole Kidman y Tom Cruise.
En las parties de
Killing Kittens sólo se admiten parejas y chicas. Durante el "evento",
las mujeres llevan las riendas y los hombres no pueden tomar la
iniciativa. Después, se impone discreción total sobre lo que sucedió
allí dentro.
Tras el éxito de la fiesta en Nueva York, en la que
participaron unas 60 personas, incluyendo banqueros y modelos, Sayle
quiere llevar ahora su negocio a Los Angeles.
Las
fiestas de Killing Kittens están cumpliendo una década. La primera la
hizo en Londres en 2005, y desde entonces el club no paró de sumar
socios. Sayle se formó en la Universidad de Birmingham, donde estudió
relaciones públicas. Justamente tuvo la idea del club cuando estaba
trabajando como RRPP en un boliche de Ibiza, cal ver los movimientos
sensuales de un grupo de chicas y las reacciones de los hombres durante
una despedida de soltera. Y volvió a Inglaterra, donde montó su empresa.
Sayle
nunca quiso revelar el nombre de ninguno de los participantes de sus
fiestas porque, claro, el silencio es el principal capital de su
negocio. Pero asegura que no, que su vieja amiga Kate nunca se puso el
antifaz.
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