La incidencia ocurrió ya hace tiempo pero provocó una considerable resaca: la supervisora del trabajador protagonista no se percató del incidente y fue despedida por aprobar la operación, a pesar de que posteriormente otro compañero identificó ysubsanó el error, para tranquilidad de todos.
El afectado denunció entonces a la empresa a través del Tribunal de Trabajo alemán de Hessen, quien a la postre ha obligado a la entidad a reamitir a la supervisora, según publica la BBC, por interpretar que no hubo mala fé en sus tareas. De hecho, la defensa pudo demostrar que durante la jornada hizo más de 800 comprobaciones, pero la falta de tiempo propició su despiste. Así que, según el juez, con una reprimienda hubiera sido suficiente.
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