Las fechorías ocurren unas tras otras, hasta a plena luz del día, sin que nadie haga nada para frenarlas.
Por ser Amalia una urbanización un poco apartada, cercana a la Base 
Aérea de San Isidro, sus vecinos creen que los delincuentes se 
aprovechan para cometer sus fechorías, “porque la vigilancia policial es
 prácticamente nula”.
Dos muchachas acaban de ser atracadas esta semana a la vista de 
muchos testigos, pero por temor a sus vidas nadie salió a defenderlas.
La ola delictiva es de tal magnitud, que recientemente ocho hombres 
fuertemente armados asaltaron el Colmado Brito, ubicado en la calle 
Penetración.
Lo que más incomoda a los residentes en Amalia es que por más 
denuncias y querellas que ponen en la Policía, la vigilancia y el 
patrullaje brillan por su ausencia.
La gente teme salir a diligencias y a divertirse por no dejar su casa
 sola, “porque ya los delincuentes han mudado los electrodomésticos y 
enseres de algunos hogares”.
Los vecinos de la urbanización Amalia quieren que la Policía se 
conduela de la difícil situación que confrontan, investiguen las 
querellas de asaltos, robos y atracos, y dispongan un servicio de 
patrullaje para que se ponga freno a los delincuentes y el sector deje 
de ser “tierra de nadie

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