Pero es mucho más que eso. De puertas para adentro, los atletas
comparten fiestas que poco o nada tienen que ver con el deporte, y las
relaciones sexuales están a la orden del día. Algunas de ellas más que
curiosas. Estos son algunos ejemplos:
Con tres mujeres al día:
En los Juegos Olímpicos de 2000 celebrados en Sydney (Australia), el
lanzador de javalina Breaux Greer mantuvo relaciones sexuales con tres
mujeres cada día.
Dos de ellas eran atletas -una saltadora de pértiga y una vallista-,
mientras que la tercera era una turista escandinava. Al final le pasó
factura tanta actividad extradeportiva, ya que tuvo que retirarse de la
competición por una lesión en la rodilla.
En el avión de vuelta a Los Ángeles tampoco perdió el tiempo. Las
azafatas juntaron a todos los atletas olímpicos en la parte trasera, y
Greer acabó en el baño "con una famosa atleta" que nunca quiso nombrar.
El secreto de Hope Solo:
Después de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín
2008, la portero estadounidense coló a una 'celebrity' en su habitación.
Solo se supo que salió de fiesta con Vince Vaughn, pero nunca confesó
con quien volvió de fiesta. "Es mi secreto olímpico", declaró. Al día
siguiente, Hope Solo y el resto del equipo acudieron a 'The Today Show'
todavía borrachas.
Hope tampoco permaneció ajena a los encuentros de los demás: "He
visto a personas teniendo sexo a la intemperie, en la hierba, entre los
edificios..." admitió.
Condones agotados:
Los organizadores de Sydney 2000 encargaron la friolera de 70.000 condones para la Villa Olímpica, pero no fueron suficientes.
Ante la demanda general se vieron obligados a llevar 20.000
profilácticos más. Desde entonces, en cada cita olímpica se distribuyen
un total de 100.000.
Sexo por medallas:
La esquiadora Carrie Sheinberg realizó una curiosa confesión. Declaró
que, en los Juegos Olímpicos de invierno de Lillehammer 1994, dos
pilotos alemanes de bobsleigh le ofrecieron sus medallas de oro por
"algo de diversión en grupo".
"Dejaron claro que me entregarían sus oros por otro tipo de favores.
Yo les contesté, bromeando, que Tommy Moe tiene una medalla, así que
jugaré con la suya", reconoció.
Orgía de naciones:
En los Juegos Olímpicos de invierno de Vancouver 2010, seis atletas
celebraron una orgía en una piscina fuera de la Villa Olímpica.
En ella participaron atletas austriacos, alemanes y canadienses.
Amor adolescente:
En la última edición de los Juegos, disputada en Pekín, se inició una
relación entre la gimnasta Shawn Johnson y el ciclista Taylor Phinney,
que por aquel entonces competía en pista.
Taylor Phinney El
amor surgió de una forma curiosa, ya que, al parecer, Phinney le habría
tirado a Johnson chocolatinas 'Snickers' desde el balón de su
habitación. La siguiente vez que se vieron acabaron besándose en el
vestíbulo.
Relaciones prohibidas:
En 1976, Greg Louganis, de 16 años de edad, no imaginó lo que se
encontraría cuando buscó acomodo junto al equipo soviético de buceo.
Lo que vio fue a uno de los componentes del equipo, un hombre casado, entablando una relación con uno de sus compañeros.
Clausura pasada por...:
Alcohol. La locura que muestran los atletas en el último día de competición tiene su explicación en la bebida.
Los deportistas no se cortan a la hora de aparecer borrachos, para después continuar bebiendo durante la ceremonia.
Madera quemada:
A la conclusión de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, al equipo
australiano se le ocurrió otra manera de acabar la fiesta que con una
hoguera.
Los atletas locales encendieron un fuego y despidieron su cita
olímpica quemando una gran cantidad de muebles procedentes de la Villa.
Ryan Lochte aprende:
Ryan no quiere perderse la diversión, por lo que de cara a la próxima cita olímpica lleva aprendida una valiosa lección:
Ryan Lochte"En
mis últimos Juegos Olímpicos tenía novia. Fue un gran error. Ahora
estoy soltero, por lo que Londres debería estar muy bien. Estoy
emocionado" reconoció Lochte.
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