Simkins tenía experiencia en
saltos. De vacaciones en Grecia con su chica, decidió saltar en
paracaídas una vez más. La fatalidad quiso que quedara atrapado en un
acantilado a 70 metros de altura durante tres horas en las que los
servicios de emergencia fueron incapaces de rescatarlo, según publican
varios medios británicos.
El joven londinense pudo,
colgado del acantilado, chatear con su novia desde el móvil. Así dio la
voz de alarma y pudo despedirse de su pareja. Simkins narró a su pareja,
Annita, lo sucedido y que a pesar de la gravedad del accidente, solo se
había herido en una pierna al chocar contra las rocas.
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