El Bloodhound SCC superará ampliamente la marca actual de velocidad terrestre. |
Los discos de freno de carbono que se usan habitualmente acabarían derritiéndose.
La BBC le pidió al
comandante Andy Green, quien tiene en su haber el récord de velocidad
terrestre, que explicase los desafíos que presenta el diseño del
Bloodhound SSC.
El año próximo, él será quien probará
las cualidades del vehículo que, impulsado por un cohete adosado al
motor de un jet Eurofighter Typhoon, superará por lejos las marcas de
velocidad actuales. Este es su relato:
El aceleramiento es sólo la mitad del problema.
Una vez que cruzas como un rayo los controles de
velocidad dispuestos a una milla (1,6 km) de la largada, te enfrentas
con el dilema de cómo frenar un vehículo pesado, que viaja a velocidades
altísimas, en una distancia limitada -tenemos 8,8 kilómetros para
frenar en la pista de Hakskeen en Sudáfrica.
Casi nueve kilómetros parecerían suficientes, pero si recorres una milla en 3.5 segundos, ¡no es tanto!
Así que frenarlo de una forma segura es quizás más difícil que acelerarlo.
Tres generadores de resistencia
El diseño de los frenos de aire va bien avanzado, con ayudas externas y la colaboración de estudiantes.
Tenemos distintas formas de asegurarnos de que no acabaré recorriendo toda Sudáfrica después de superar los 1.610 km/h.
Para detener el auto tenemos que aumentar la
fricción, así que estamos instalando frenos de aire y dos paracaídas.
Tres elementos que ayudaran a desacelerar el coche.
Una vez que el vehículo bajó a unos 320 km/h -lo
que nos llevará unos seis kilómetros y medio-, podré usar los frenos de
las ruedas para detenerlo en 1,2 kilómetros, lo que nos deja un margen
de seguridad de poco más de un kilómetro... por si algo falla.
El diseño de los frenos de aire está muy avanzado.
Hemos recibido una gran ayuda de las compañías
Parker y Samtech para la cosntrucción y el análisis de las presiones a
las que someteremos la estructura.
También hemos recibido colaboraciones a través
del "crowdsourcing" de algunos elementos de los frenos de aire, por
ejemplo de los estudiantes de la Universidad de Lancaster, quienes han
estado investigando las cargas que actúan sobre las puertas cuando se
abren.
Luego tenemos los paracaídas de freno. Un
paracaídas de dos metros de diámetro nos dará unas 9 toneladas de
resistencia a una velocidad Mach 0.9, justo lo que necesitamos para no
salirnos de la pista.
Paracaídas contorsionista
"El paquete (del paracaídas) tiene que entrar en un hueco de 1 metro por 250 mm. Si no cabe, entonces tendré que negociar con el equipo de diseño"
Andy Green
Para evitar que los paracaídas queden justo en
el área de la turbulencia que se genera detrás del vehículo, necesitamos
una correa de 20 metros.
Pero con una carga de nueve toneladas y un golpede
apertura de un 50% más, más otro 50% extra por precaución, no puede ser
una correa cualquiera. Tiene que aguantar unas 20 toneladas.
Ahí entra en escena la compañía Marlow Ropes,
que probablemente fabrica las cuerdas más fuertes del mundo. Ellos
fueron los proveedores de las correas para el Thrust SSC y el JCB
Dieselmax; los hemos usado en el pasado y sabemos que son confiables.
Survival Equipment Services, nuestros
especialistas en paracaídas, están en el proceso de empaquetar una
correa de muestra y un paracaídas en una bolsa, para que podamos probar
que entra en el limitadísimo espacio que tenemos en la parte de atrás
del auto.
El paquete tiene que entrar en un hueco de 1
metro por 250 mm. Si no cabe, entonces tendré que negociar con el equipo
de diseño para que me hagan un poco más de espacio, o si no tendremos
que almacenar los paracaídas a presión, lo que será un trabajo arduo.
De regreso al acero
Los ingenieros buscaron discos de carbono que aguantaran los 1.600km/h, pero acabaron optando por los de acero.
Más allá de esto sólo nos quedan los frenos de
las ruedas, que se instalarán solamente en las ruedas delanteras. Aquí
tenemos un pequeño problema.
Los frenos no podrán usarse a 1.610 km/h. Se
derretirían inmediatamente. Pero sí estarán girando a esas velocidades
y, por lo tanto, necesitaremos discos de freno muy poderosos si han de
sobrevivir el viaje a esas velocidades.
Nos hemos pasado el año buscando discos de
carbono que aguanten estas velocidades pero no hemos encontrado ni una
compañía que nos los quiera fabricar.
Incluso probamos los discos del bombardero de la Fuerza Aérea Real, el Typhoon.
Vimos cómo este avión hizo cosas increíbles en Libia, pero sus discos no aguantan 1,610 km/h a nivel del suelo.
Así que llegamos otra vez a la pregunta original: ¿cómo hacemos para detener el auto antes de que se acabe la pista?
La solución que encontramos es sencilla: usar discos de acero.
El acero no es ideal para el Bloodhound, porque
los discos se distorsionarán y habrá que reemplazarlos con frecuencia.
Pero el acero es fuerte y barato.
En estos momentos estamos mirando algunos discos
comerciales para autos de carrera, para ver si existe algún modelo que
sirva para el Bloodhound SSC.
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