About Me

header ads

Casa Betel, arquitectura ‘divina’ en El Portillo

Hace un par de años, cuando vio aquel solar a muy pocos kilómetros de Las Terrenas y a los metros reglamentarios de la Playa El Portillo, la arquitecta y diseñadora de interiores, María Isabel Serulle, lo visualizó al tiro: ese sería su refugio para retirarse y descansar. Así, sin pensarlo, se arrodilló en aquel lote de 1,700 metros cuadrados, donde habría de construir Casa Betel, y bosquejó -con sus dedos y en la arena- la estructura de su futura residencia. Luego, le tomó una foto a este ‘diseño’ y la casa le quedó así mismo, según recuerda conmovida.
Criada entre los planos y escuadras de Alfa 2000 (empresa perteneciente a sus ascendientes), y dentro de una familia vinculada al sector de la construcción (su padre es ingeniero; una de sus hermanas, arquitecta; otra, diseñadora de interiores, y la tercera, economista-administradora, pero “con una vena artística”), María Isabel completó el proceso de construcción de esta residencia samanense en apenas seis meses.
 Casa Betel, metro a metro
En sus 700 metros cuadrados de infraestructura, Casa Betel muestra un entramado arquitectónico abierto al exterior; de hecho, se avista el mar desde casi todos los ángulos de sus dos niveles, gracias a un diseño en U.
  
Previo al umbral, la recepción al visitante está a cargo de una marquesina revestida en grama; mientras que unas lajas peatonales, flanqueadas por una remozada canoa y por una cuidada jardinería, conducen a las entrañas de Casa Betel y a su estanque central, donde las flores de loto flotan a su aire.
Una vez allí, aunque parece que esta construcción solo cuenta con techo y columnas en su haber, tiene unos fortines invisibles que permiten que la casa se cierre por completo. Sus aleros también están especialmente diseñados para que el interior no se moje cuando llueve.
  
En esta residencia, cuya altura ostenta los 3.40 metros de entrepiso, se aprecia la implementación de materiales como la madera (en los techos), la piedra (en las paredes) y el granito natural (en los pisos). Todo simple, pero en grandes proporciones.
  
Para el diseño luminotécnico, a cargo de la diseñadora de interiores Rosadela Serulle (hermana de la anfitriona y propietaria de la tienda de iluminación Idaluce), se tomaron en cuenta los diferentes factores arquitectónicos a ser resaltados, como los marcos empedrados de las puertas, por ejemplo. “Abarcamos desde la iluminación general hasta la puntual, para enmarcar ciertos elementos y obras de arte en la noche”, explica Rosadela sobre su trabajo.
  
Como se percibe, los mil y un detalles de esta creación, junto a la belleza natural del entorno, se conjugaron para demostrar que aquí se puede apreciar la grandeza de Dios, como dice María Isabel Serulle y que, tanto el nombre de esta casa (Betel), como lo que esta encierra: “Da honor a quien honor merece”.

Publicar un comentario

0 Comentarios