Santiago.-El duro cemento de las aceras, los rincones de parques o plazas recreativas son los espacios preferidos de los consumidores de drogas lo que comienza a convertirse en un problema social para los santiaguenses.
Y es que la proliferaciĂłn de los llamados piperos, consumidores de cemento o crack comienzan a arropar las calles y avenidas del municipio.
En un recorrido hecho por un equipo de presa de El Caribe, constatĂł como los adictos a los distintos tipos de drogas, las consumen a plena luz del dĂa.
De un problema que en su mayorĂa tocaba a niños, ahora se ve disputada por los adultos, una gran parte mujeres que pernoctan con sus niños debajo del elevado de la avenida Juan Pablo con estrella Sadhalá, en el parque Hermanas Mirabal.
“AquĂ ya eso es normal, usted los ve a plena luz del dĂa, como usan sus vicios y luego se acuestan entre la hierba, en las aceras de cemento, o tapados con cartones”, expresa RamĂłn González, residente en Cuesta Colorada.
González dice que cada noche en la rotonda pueden verse hasta diez y quince consumidores de cemento.
Uno de los casos de adictos que deambulan por las calles es el caso del periodista Carlos Cepeda y que casi siempre es visto mendigando cercano al palacio de justicia Federico Alvarez.
En la avenida Las Carreras, con calle San Luis, o en la 30 de Marzo en pleno casco urbano se observan apilados en medio del sol los consumidores de cemento.
“Ya uno no sabe si pueden ser gentes que se dedican a dormir de dĂa y robar en las noches, sin que ninguna autoridad haga algo”, refiere Maritza GĂłmez. A la proliferaciĂłn de adictos, cuyas calles son sus camas y su residencia, se agregan una gran cantidad de enfermos mentales, algunos con carácter violento que pululan por las calles del municipio.
El psiquiatra RamĂłn RodrĂguez, pueden tornarse en un problema social por su comportamiento agresivo.
Entiende que debe ser la gobernaciĂłn provincial, la alcaldĂa y otras entidades quienes jueguen su papel y trabajen de forma mancomunada para rescatar a este tipo de individuos.
En el parque Imbert que era tomado como espacio para el descanso fueron colocados varios guardias, por lo que muchos consumidores de cemento decidieron buscar otros espacios para consumir la sustancia hacerlo con mayor libertad.
Además de las calles y avenidas, las casas abandonadas por sus propietarios en el centro de la ciudad de Santiago se han convertido en refugio de habitad de enajenados mentales y utilizadas además por consumidores de estupefacientes, lo que preocupa a vecinos.
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