SANTO DOMINGO. "En la avenida Abraham
Lincoln unos hombres me pidieron tarifa y yo les dije 600 pesos. Ellos
se subieron, aunque el precio era tres veces más caro… Me di cuenta que
era para atracarme. Unas esquinas después les dije que se me acabó el
combustible y los dejĂ©", asegura PrebĂstero Batista, taxista de una
compañĂa del Distrito Nacional.
En los Ăşltimos doce meses, seis taxistas han muerto en atracos prestando servicio, y otros seis murieron "en conflictos", segĂşn la DirecciĂłn Central de EstadĂsticas y CartografĂa de la PolicĂa Nacional.
El portavoz de la PolicĂa, general Máximo Báez Aybar, sostiene que el modo de operaciĂłn de las personas que se dedican a asaltar taxistas es "abordar los taxis, los dirigen a un lugar apartado y aprovechan para robarles. Pero la modalidad está, por decirlo de alguna forma, en tranquilidad".
El ocho de agosto fue detenida en Santo Domingo Oeste una banda que se dedicaba al asalto de taxistas, los despojaban de sus pertenencias y vehĂculos y los abandonaban.
"A mĂ me pararon en la Lincoln. Era en la tarde, les di tarifa y luego me cambiaron la ruta, me dijeron que era para Boca Chica, eran tres. Cuando llegamos a la avenida 27 de Febrero yo me desmontĂ© delante de unos Amet, porque ellos decĂan que no se iban a bajar", cuenta Rafael Polanco.
Los delitos contra los taxistas se han convertido en algo comĂşn. Sobre todo los atracos. Esto ha llevado a que los choferes y las compañĂas establezcan sus propias medidas. "Nosotros le pedimos a nuestros taxistas que no tomen gente que no haya llamado a la central, ni en lugares pĂşblicos complicados como esquinas o las calles, que no suban a tres o más en las noches, y los operadores nuestros no mandan servicios a barrios difĂciles", asegura el gerente de una de las principales empresas de taxis de la capital. "De ahĂ para allá, ellos son responsables".
En un gran mapa muestra los barrios donde su compañĂa no opera. Tienen un punto en rojo: Gualey, Los Guandules, La CiĂ©naga, Capotillo, SimĂłn BolĂvar, San Carlos, los KilĂłmetros de la carretera Sánchez, Villa Francisca, La Puya de Los RĂos y Santo Domingo Oeste y Norte. "Se puede decir que somos elitistas", dice el gerente, "lo que pasa es que no tomamos riesgos".
Sin embargo, en la calle es otra historia. En el Consejo de AdministraciĂłn y RegulaciĂłn de Taxis (CART), del Ayuntamiento del Distrito Nacional, hay registradas 84 compañĂas que prestan este servicio en el Gran Santo Domingo, muchas de ellas con miles de miembros.
"Se supone que uno no debe coger los servicios en la calle, pero de la compañĂa de taxis mandan por lo menos dos vehĂculos para un mismo cliente; si aparece un servicio en la calle, ya con experiencia uno sabe cuál coger o cuál no", narra Luis Capellán, taxista de Santo Domingo Este, que circula tambiĂ©n en el Distrito Nacional.
Por falta de empleo, y por la facilidad con la que se maneja dinero, muchas personas se han adentrado al servicio de taxis. Unos alquilan los vehĂculos, otros van con sus carros propios; lo cierto es que no tienen la experiencia de un taxista viejo en el oficio. "Ya uno sabe que hay horas en las que no se puede montar a más de dos, no importa si son mujeres, si son hombres, cualquiera te atraca porque de noche tĂş no sabes a quiĂ©n subes en tu carro, de dĂa sĂ", dice JosuĂ© Santos, "A los barrios calientes, si vas hacer el servicio lo tienes que dejar en una esquina, no se puede uno meter en el barrio. Ya uno conoce las calles, hay barrios que son calientes, a los que uno sabe dĂłnde tiene que dejar a la gente o simplemente no ir".
Carreteras sin iluminaciĂłn
Los choferes que brindan servicio a los hoteles del Distrito Nacional sostienen que además de los barrios, salir de la ciudad es quizá uno de los principales riesgos para su labor. "Si no fuera por la Embajada americana, que se puso los pantalones e hizo la advertencia sobre los atracos al salir de los aeropuertos, estuviéramos peor", expresa Manuel Agramonte, taxista de hotel.
Los taxis de hoteles usualmente son utilizados para buscar y llevar pasajeros que llegan y salen del paĂs a cualquier hora de la noche y madrugada. TambiĂ©n son los elegidos del transporte cuando un turista desea salir a la vida nocturna dominicana.
"La autopista Las AmĂ©ricas tiene muchas partes sin nada de iluminaciĂłn. Lo mismo se puede salir desde la Charles de Gaulle y llegar al aeropuerto sin ver una sola patrulla o agente de la policĂa", dice Ricardo MartĂnez, quien afirma que "los turistas se dan cuenta y a veces nos dicen cĂłmo esto es posible".
"Los turistas utilizan los taxis de hoteles porque tienen una seguridad de que primero nosotros no nos vamos a poner a inventar con rutas. Meternos en callejones, y barrios para salir adelante. Nosotros tomamos las rutas seguras para llevar a los turistas a su destino", dice Andrés Bastardo.
Aseguran que las salidas a los barrios y otras invitaciones son las que ponen en mayor riesgo a los turistas. "Los turistas que vienen a los hoteles principalmente lo hacen por negocio. Pero eso no quita que siempre hay muchos que vienen, se enamoran y despuĂ©s quieren llevar a las mujeres a sus casas, la playa o el interior a cualquier hora del dĂa o la madrugada y nosotros les tenemos que advertir", dice MartĂnez.
En los Ăşltimos doce meses, seis taxistas han muerto en atracos prestando servicio, y otros seis murieron "en conflictos", segĂşn la DirecciĂłn Central de EstadĂsticas y CartografĂa de la PolicĂa Nacional.
El portavoz de la PolicĂa, general Máximo Báez Aybar, sostiene que el modo de operaciĂłn de las personas que se dedican a asaltar taxistas es "abordar los taxis, los dirigen a un lugar apartado y aprovechan para robarles. Pero la modalidad está, por decirlo de alguna forma, en tranquilidad".
El ocho de agosto fue detenida en Santo Domingo Oeste una banda que se dedicaba al asalto de taxistas, los despojaban de sus pertenencias y vehĂculos y los abandonaban.
"A mĂ me pararon en la Lincoln. Era en la tarde, les di tarifa y luego me cambiaron la ruta, me dijeron que era para Boca Chica, eran tres. Cuando llegamos a la avenida 27 de Febrero yo me desmontĂ© delante de unos Amet, porque ellos decĂan que no se iban a bajar", cuenta Rafael Polanco.
Los delitos contra los taxistas se han convertido en algo comĂşn. Sobre todo los atracos. Esto ha llevado a que los choferes y las compañĂas establezcan sus propias medidas. "Nosotros le pedimos a nuestros taxistas que no tomen gente que no haya llamado a la central, ni en lugares pĂşblicos complicados como esquinas o las calles, que no suban a tres o más en las noches, y los operadores nuestros no mandan servicios a barrios difĂciles", asegura el gerente de una de las principales empresas de taxis de la capital. "De ahĂ para allá, ellos son responsables".
En un gran mapa muestra los barrios donde su compañĂa no opera. Tienen un punto en rojo: Gualey, Los Guandules, La CiĂ©naga, Capotillo, SimĂłn BolĂvar, San Carlos, los KilĂłmetros de la carretera Sánchez, Villa Francisca, La Puya de Los RĂos y Santo Domingo Oeste y Norte. "Se puede decir que somos elitistas", dice el gerente, "lo que pasa es que no tomamos riesgos".
Sin embargo, en la calle es otra historia. En el Consejo de AdministraciĂłn y RegulaciĂłn de Taxis (CART), del Ayuntamiento del Distrito Nacional, hay registradas 84 compañĂas que prestan este servicio en el Gran Santo Domingo, muchas de ellas con miles de miembros.
"Se supone que uno no debe coger los servicios en la calle, pero de la compañĂa de taxis mandan por lo menos dos vehĂculos para un mismo cliente; si aparece un servicio en la calle, ya con experiencia uno sabe cuál coger o cuál no", narra Luis Capellán, taxista de Santo Domingo Este, que circula tambiĂ©n en el Distrito Nacional.
Por falta de empleo, y por la facilidad con la que se maneja dinero, muchas personas se han adentrado al servicio de taxis. Unos alquilan los vehĂculos, otros van con sus carros propios; lo cierto es que no tienen la experiencia de un taxista viejo en el oficio. "Ya uno sabe que hay horas en las que no se puede montar a más de dos, no importa si son mujeres, si son hombres, cualquiera te atraca porque de noche tĂş no sabes a quiĂ©n subes en tu carro, de dĂa sĂ", dice JosuĂ© Santos, "A los barrios calientes, si vas hacer el servicio lo tienes que dejar en una esquina, no se puede uno meter en el barrio. Ya uno conoce las calles, hay barrios que son calientes, a los que uno sabe dĂłnde tiene que dejar a la gente o simplemente no ir".
Carreteras sin iluminaciĂłn
Los choferes que brindan servicio a los hoteles del Distrito Nacional sostienen que además de los barrios, salir de la ciudad es quizá uno de los principales riesgos para su labor. "Si no fuera por la Embajada americana, que se puso los pantalones e hizo la advertencia sobre los atracos al salir de los aeropuertos, estuviéramos peor", expresa Manuel Agramonte, taxista de hotel.
Los taxis de hoteles usualmente son utilizados para buscar y llevar pasajeros que llegan y salen del paĂs a cualquier hora de la noche y madrugada. TambiĂ©n son los elegidos del transporte cuando un turista desea salir a la vida nocturna dominicana.
"La autopista Las AmĂ©ricas tiene muchas partes sin nada de iluminaciĂłn. Lo mismo se puede salir desde la Charles de Gaulle y llegar al aeropuerto sin ver una sola patrulla o agente de la policĂa", dice Ricardo MartĂnez, quien afirma que "los turistas se dan cuenta y a veces nos dicen cĂłmo esto es posible".
"Los turistas utilizan los taxis de hoteles porque tienen una seguridad de que primero nosotros no nos vamos a poner a inventar con rutas. Meternos en callejones, y barrios para salir adelante. Nosotros tomamos las rutas seguras para llevar a los turistas a su destino", dice Andrés Bastardo.
Aseguran que las salidas a los barrios y otras invitaciones son las que ponen en mayor riesgo a los turistas. "Los turistas que vienen a los hoteles principalmente lo hacen por negocio. Pero eso no quita que siempre hay muchos que vienen, se enamoran y despuĂ©s quieren llevar a las mujeres a sus casas, la playa o el interior a cualquier hora del dĂa o la madrugada y nosotros les tenemos que advertir", dice MartĂnez.
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